El Papa Francisco se expresó este miércoles en un mensaje divulgado por la oficina de Prensa de la Santa Sede, donde pidió a los participantes del Foro Económico Mundial que se desarrolla en Davos que asuman la "responsabilidad moral" de la "lucha contra la pobreza" y destacó la importancia de alcanzar la paz para los pueblos enfrentando las injusticias del mundo. A su vez, de cara a los debates que se llevan a cabo en Suiza, marcó que "tengan en cuenta la urgente necesidad de avanzar en la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación".
En la carta, publicada en la página oficial, el Sumo Pontífice señaló que la reunión de este año se da "en un clima muy preocupante de inestabilidad internacional", razón por la cual será clave cumplir con los objetivos del foro sobre "orientar y reforzar la voluntad política y cooperación mutua" para construir un mundo mejor. "Espero que sus debates tengan en cuenta la urgente necesidad de avanzar en la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación entre grupos, comunidades y Estados, con el fin de abordar los retos que tenemos ante nosotros", sostuvo.
Asimismo, Francisco señaló que nos encontramos "con un mundo cada vez más lacerado" donde millones de personas sufren los efectos de conflictos y guerras que "ya no tienen lugar solamente en campos de batalla claramente definidos ni implican únicamente a soldados". Frente a ello, remarca la importancia de alcanzar la paz "que anhelan los pueblos" que será solo "fruto de la justicia" y hace un llamamiento a dejar de lado los instrumentos bélicos y a "afrontar las injusticias que son la raíz de los conflictos", entre los que menciona el hambre, la explotación de recursos naturales que enriquece a unos pocos generando pobreza e indigencia y la explotación de hombres, mujeres y niños.
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Frente a dicha situación, Bergoglio solicita a los participantes del Foro Económico que tengan en cuenta la "dimensión moral" a la hora de los debates económicos, culturales, políticos y religiosos de cara al futuro. "En un mundo cada vez más amenazado por la violencia, la agresión y la fragmentación, es esencial que los Estados y las empresas se unan para promover modelos de globalización con visión de futuro y éticamente sólidos, que por su propia naturaleza deben implicar la subordinación de la búsqueda del poder y el beneficio individual, ya sea político o económico, al bien común de nuestra familia humana, dando prioridad a los pobres, los necesitados y los que se encuentran en situaciones más vulnerables", añadió en la carta.
El Sumo Pontífice también solicita a las empresas, al "mundo de los negocios y las finanzas", que busquen "un beneficio justo guiado por normas éticas respecto a los países menos desarrollados" para alcanzar un desarrollo "más integral y solidario" para la humanidad.
"Es importante que las estructuras intergubernamentales puedan ejercer eficazmente sus funciones de control y orientación en el sector económico, ya que la consecución del bien común es un objetivo fuera del alcance de los Estados individuales, incluso de los dominantes en términos de poder, riqueza y fuerza política", manifestó.
Sobre el cierre, el Papa Francisco marcó: "Espero que sean conscientes de la responsabilidad moral que cada uno de nosotros tiene en la lucha contra la pobreza, la consecución de un desarrollo integral para todos nuestros hermanos y la búsqueda de una convivencia pacífica entre los pueblos. Este es un gran desafío que nos plantea el tiempo presente". Y concluyó: "Cada nueva generación debe retomar las luchas y las conquistas de las generaciones pasadas, poniendo las miras aún más altas... El bien, junto con el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de realizarse cada día".