Mariano Llorens, presidente de la Cámara Federal de Comodoro Py y coautor de la teoría del cuentapropismo del espionaje macrista, se excusó de intervenir como conjuez de la Corte Suprema en ese mismo expediente. Alegó que es por “motivos de decoro y delicadeza” cuando lo cierto es que ese expediente llegó a la Corte por planteos contra el fallo que firmó para salvar a Mauricio Macri y a otras autoridades de la casa de los espías. También elude un tema clave: que, tal como reveló El Destape, visitó a Macri en la quinta de Olivos cuando intervenía en causas sensibles contra CFK y otros ex funcionarios.
A Llorens le había tocado actuar como conjuez de la Corte en la causa de espionaje contra CFK. Distintos incidentes del caso llegaron a la Corte y la propia CFK hizo público que los miembros del máximo tribunal del país dilataban su resolución. Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda se excusaron de intervenir en este caso de alto voltaje político por razones de “delicadeza” y “decoro” que nunca explicaron. Carlos Rosenkrantz, porque él mismo figura entre los espiados. El 5 de febrero los cortesanos anunciaron que el 22, 17 días después, harían un sorteo de conjueces. Por lo visto era algo muy complejo que requería de preparación.
El día del sorteo algunos de los involucrados en la causa bromeaban sobre la posibilidad de que le tocara a Llorens. Pasó, pero ahora el camarista se excusó. Debía resolver sobre si el caso va a seguir en Comodoro Py o debe volver a Lomas de Zamora y planteos de recusaciones, entre ellas la propia.
Al excusarse Llorens reconoce lo obvio, que intervino en planteos de CFK, Julio de Vido, Rafael Resnik Brenner, Silvia Majdalani y Gustavo Arribas sobre los que ahora tendría que opinar de nuevo. Es decir, debería controlarse a sí mismo. También recuerda que hay varias recusaciones en su contra. Pero a la hora de catalogar su excusación dice que “a pesar de que dichas causales no se encuentran en dentro del catálogo taxativo” del Código Procesal, “motivos de decoro y delicadeza imponen que me excuse”.
Cita el artículo 30 del Código Procesal, Civil y Comercial, que habilita la excusación por “decoro y delicadeza”. Pero ese mismo artículo refiere a otro, el 17 del mismo código, donde están los motivos de recusación. Uno de ellos es “tener el juez con alguno de los litigantes amistad que se manifieste por gran familiaridad o frecuencia en el trato”. ¿Y su visita a Macri?
Con Llorens afuera entra su suplente, Juan Carlos Bonzon, presidente de la Cámara Nacional en lo Penal Económico, también sorteado. Actuará junto a otros cuatro conjueces, que van a completar los cinco lugares de la Corte Suprema aunque uno siga vacante tras la jubilación de Elena Highton de Nolasco, lugar para el que el Gobierno aún no propuso reemplazante. Uno será Javier Leal de Ibarra, presidente de la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia y segundo al mando de la oficina de escuchas de la Corte por debajo de Martín Doctrina Irurzun. El otro es Ramón Luis González, de la Cámara Federal de Apelaciones de Corrientes. El cuarto es Mario Rodolfo Leal, de la Cámara Federal de Tucumán. El último es Juan Pablo Salas, de la Cámara Federal de San Martin.
Uno de los puntos que está en discusión es el fallo del cuentapropismo firmado por Llorens y Pablo Bertuzzi, otro camarista puesto a dedo por Macri como premio por la condena a Amado Boudou en el caso Ciccone, amañada con el pago de un hotel boutique al testigo clave Alejandro Vandenbroele. Con la tesis del cuentapropisimo, estos dos jueces puestos por Macri favorecieron, entre otros, al jefe de la AFI macrista, Gustavo Arribas, y al ex director de Jurídicos de la agencia, Juan Sebastián De Stéfano, un hombre clave en la persecución judicial que se desató durante el gobierno de Cambiemos.