Comerciantes de Rosario y Santa Fe presionan fuerte para que se habilite una extensión horaria y están enardecidos porque no se arregla el paro de transporte público que afecta a importantes ciudades del interior del país. Aducen que sin colectivos, la circulación de gente en el centro de la ciudad es menor, y la restricción de las horas que pueden abrir sus puertas los perjudica, pero las autoridades provinciales y municipales se resisten por ahora a darles la venia.
Los representantes de ambas ciudades piden que el horario de apertura se adelante de 10 a 18 en lugar de 13 a 19, para poder aprovechar el movimiento de gente que concurre por la mañana a los bancos, que abren de 8.15 a 13.15, y el correo que lo hace de 8 a 14. “Hay que darle posibilidad al que se acerca a hacer trámites para que se quede a comprar algo”, aventuró Miguel Rucco, presidente del paseo comercial calle San Luis, el Once rosarino.
Los titulares de los locales afirman que la actividad fuerte empieza entre las 10 y las 11, y que decae por la tarde, por lo que la grilla actual les permite facturar entre 30 y 40 por ciento que antes de la pandemia. De hecho, muchos cierran antes del límite permitido, entre las 17 y las 18, por una cuestión de seguridad.
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Por su parte, el municipio rosarino descartó por el momento tomar una medida de ese estilo. “Tenemos vedada esa posibilidad por un decreto provincial que impide que se mezcle el horario bancario con el comercial. Hay riesgo de aglomeración”, dijo el secretario de Producción local, Sebastián Chale. Sin embargo, permitió la extensión los sábados por la tarde, quedando el turno de 9 a 18.
En tanto, en la capital provincial los comerciantes, que ya habían elevado la voz durante la primera semana de apertura, redoblaron el reclamo para abrir también en el horario de 10 a 18. “Hace más de 50 días que no tenemos casos en la ciudad, es una locura no extender. No damos más”, dijo Martín Salemi, presidente del Centro Comercial de Santa Fe.
Las ventas están allí también en un promedio de 35 por ciento que previo a la pandemia, y los locales desocupados aumentaron en un mes del 13 al 16 por ciento, una cifra sin antecedentes en la zona comercial de la ciudad capital en tan corto lapso de tiempo.
Desde la Provincia se manifestaron en la misma línea que las autoridades del municipio rosarino. “No es algo previsto de forma inmediata”, adelantó a El Destape el secretario de Comercio Interior provincial, Juan Marcos Aviano, quien reveló además que el reclamo no ocurre solamente en los dos mayores aglomerados, si no en todas partes de la provincia.
El funcionario dijo que liberar el horario matutino está en los planes, pero es evaluado con un criterio sanitario, y con un ojo en lo que está pasando en el AMBA. “Por ahora es muy complicado. Estamos siendo muy cautos y prudentes, organizando la vuelta pero sin fecha todavía”, completó.
La economía
Para Chale, atribuirle la baja en la facturación a la ausencia de colectivos o la atención restringida a la tarde “es una simplificación”. Por el contrario, se lo adjudicó a la realidad macroeconómica.
“Están cayendo los ingresos promedio de la población en todo el país. Hay ciudades con transporte y horario extendido, y el nivel de ventas es parecido al nuestro. El consumo se ha restringido a lo esencial”, apuntó.
El secretario de Comercio provincial se manifestó en el mismo sentido: “No es que vamos a habilitar la apertura a la mañana y tendremos un repunte en las ventas. El consumidor está quieto, expectante, viendo que va a pasar con su propio poder adquisitivo”, analizó Aviano.
Paralelamente, en ambas ciudades hubo manifestaciones callejeras de sectores autoconvocados que aún no han podido abrir sus puertas y trabajan prácticamente con ingreso cero hace dos meses, los bares y gimnasios. En Rosario fueron recibidos por el intendente Pablo Javkin, y si bien el diálogo fue positivo, no obtuvieron lo que fueron a pedir: una fecha de apertura.
Mientras la provincia libera el trabajo doméstico fuera de los dos grandes conglomerados, y amplía a 10 la cantidad de operarios en las obras de construcción, los sectores comerciales suben el reclamo pero el Estado, hasta el momento, resiste. En Santa Fe la extensión horaria y la apertura de los rubros más complicados tendrán que seguir esperando, probablemente hasta que llegue la Fase 5.