El representante especial para Derechos Humanos de la Cancillería, Leandro Despouy, declaró en el juicio oral a Milagro Sala, acusada por Gerardo Morales de haber organizado un escrache contra él en 2009, y dejó mal parado al gobernador de Jujuy.
Despouy, que en ese momento Auditor General de la Nación, estaba junto a Morales ese día y afirmó que no vio ni tiene ningún dato sobre la responsabilidad de Milagro Sala en esa movilización que terminó en huevazos.
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El foco de los fiscales y la querella estuvo puesto en las auditorías que realizaba Despouy sobre las obras de la Tupac Amaru y un incidente en el que la organización habría negado dar información. "Tengo que aclarar que al poco tiempo de ese hecho la auditoría pudo continuar y que incluso fue aprobada por el Colegio de Auditores", aseguró y explicó que las tres auditorías realizadas a lo largo de los años a la organización barrial habían sido aprobadas.
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"El funcionario, al igual que todos los testigos que fueron desfilando por el banquillo desde el inicio del juicio, corroboró que Sala no estuvo en el lugar de los hechos el día de los incidentes, que no había nadie de la organización barrial y que no le constaba que Milagro Sala estuviera detrás de la manifestación", señaló la Tupac Amaru en un comunicado.
Como Despouy, los otros siete testigos que prestaron declaración confirmaron que ni Milagro Sala ni cualquier otro integrante de la Tupac Amaru estuvo en el lugar de los incidentes y que sólo escucharon hablar de la dirigente social en boca del entonces senador Morales, quien acusó a Graciela López de haber sido enviada por la dirigente.