Transformers: Bruce Jenner entre el mundo Kardashian y las identidades LGBT

07 de mayo, 2015 | 20.00

Las últimas décadas del siglo XX reflotaron cuestiones que fueron veladas en épocas de dictaduras y oscurantismo donde la represión a la hora de pensar sobre la sexualidad, entre otros temas, estaba a la orden del día. Hoy, el abanico desde el cual pensar y experimentar las diversas sexualidades es mucho más amplio y busca la apertura total del closet social.

Recientemente nos enteramos que Bruce Jenner, el ex esposo de Kris Kardashian, madre y manager de las hermanas más famosas y acaudaladas de Estados Unidos: Kim, Kourtney, y Khloé Kardashian, decidió transicionar hacia el género femenino. Para quienes no estén a tono con el reality de E!Keeping up with the Kardashians, el cual acaba de estrenar su décima temporada, Brue Jenner es también conocido por ser medallista en la categoría Decatlón en los juegos olímpicos de Montréal en 1976.

Bruce Jenner estuvo por 22 años integrando una familia típica a la americana: familieros, conservadores, católicos, habiendo cumplido todos los mandatos de la familia tipo estadounidense con la benevolencia de múltiples ceros en su cuenta bancaria. Como en toda familia, cada integrante cumple un rol y al pobre Bruce le tocó el de marido-sí-querida frente al porte fálico-dominante de Kris Kardashian. Ese apellido detentaba poder y no solamente en lo económico.

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Pero Bruce quería volver a lucirse como en las olimpíadas del '76 pero algo le hacía ruido y tras una larga búsqueda interna lo decidió:

"Siempre estuve confundidx sobre mi sexualidad, digamos desde que era pequeñx (...) para todos los propósitos soy una mujer (...) sin bien genéticamente mi cuerpo tiene las características masculinas, me identifico con mi lado femenino, me identifico como mujer. (...) Una cosa es la sexualidad, hacia quién me siento atraídx sexualmente, y otra cosa es cómo me identifico yo como sujeto. Y me identifico como mujer"

Al parecer, los huevos de la valentía vienen de todas formas y colores. Bruce pudo decir que su cuerpo y su identidad psico-sexual no se corresponden como sucede el modelo heteronormativo de la sociedad en que vivimos, esto quiere decir que las normas y convenciones moralmente aceptadas para los heterosexuales no son las mismas para la gran diversidad en el universo de la homo/trans/inter/pansexualidad resultando en una batería de prejuicios que derivan en una condena social.

Imaginen lo difícil que es ser el protagonista de este tipo de revelaciones aún hoy en un país "de avanzada" como Estados Unidos, cuyas políticas en torno a la igualdad de género se reduce a unos pocos estados, y donde el imaginario colectivo aún padece un duro conservadurismo moral. Además del hecho de pertenecer a una familia con tendencias conservadoras que, frente a la "novedad" de Bruce, se manifestaron públicamente en su apoyo.

El ser humano es con su circunstancia y él mismo construye, representa, cuenta y hace su historia, como ya lo afirmara el materialismo histórico.

Lo que Bruce Jenner está haciendo integra un proceso de profunda transformación histórica y social, si bien no es el/la únicx persona que libra esta batalla en pos de una integración social, no olvidemos que todo proceso histórico implica necesariamente la lucha social (sea de clases o de géneros, en este caso) y esta es la vía regia hacia una suerte de revolución en la compresión de las identidades dinámicas de género y formas de vivir la sexualidad.

Entonces, dominante o dominado, dentro o fuera de la familia, vida pública versus vida privada, represión o destape. Parece que cómo nos relacionamos con nuestra identidad de género y nuestro objeto de deseo no es algo tan simple o automático. Y en tiempos donde lo mediático se potencia al ritmo de la Era Digital y las confesiones cotizan en bytes, es un buen momento para salir del closet y lograr un poquito más de bienestar social.