El triunfo electoral del Partido Revolucionario Democrático (PRD) en Panamá seguramente tendrá impacto nacional y regional. Después de 10 años, el partido vinculado al nombre del general Omar Torrijos regresa al poder de la mano de Laurentino “Nito” Cortizo.
Panamá es un lugar estratégico para la política, el comercio y la diplomacia internacional desde la inauguración del canal en 1914 y bajo el control de Estados Unidos, hasta que en 1977 los presidentes Jimmy Carter y Omar Torrijos firmaron el ya famoso acuerdo que reconoció la soberanía panameña sobre el canal y que comenzó a regir el 31 de diciembre de 1999.
El PRD está asociado a la historia nacionalista de Torrijos y a un canal que -desde su devolución- se ha ampliado y convertido en lugar de disputa entre varias potencias, principalmente entre Estados Unidos y la República Popular China.
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La ubicación estratégica del canal es muy importante para el comercio marítimo y en momentos de tensión global entre Washington y Beijing, Panamá pasa a ocupar un lugar central. Claro que el canal no es solamente una cuestión de geopolítica. Barco que pasa? barco que paga. En 2018 el canal le aportó al fisco cerca US$ de 2.000 millones, una suma que ningún otro sector de la economía panameña puede aportar. Y aunque los principales funcionarios de la Casa Blanca insisten en calificar la presencia china en América Latina de “depredadora”, no logran convencer ni siquiera a sus aliados políticos de que no profundicen sus vínculos con China. De hecho, el presidente actual de Panamá, Juan Carlos Varela, rompió relaciones diplomáticas con Taiwán para establecerlas con la República Popular de China en 2017 y recibió en persona al presidente Xi Jinping en diciembre del año pasado. Esta visita se realizó apenas dos meses después de que el secretario de Estado, Mike Pompeo, advirtiera en persona a Varela de las actividades “depredadoras” chinas en la región.
Cortizo asumirá el 1 de julio con el camino recorrido que le deja Varela respecto de China en lo diplomático y lo económico.
Pero hay otro tema urticante y se llama Venezuela. El presidente Varela sumó a su país al Grupo de Lima, creado en 2017 para ejercer presiones diplomáticas sobre el Gobierno de Venezuela y contribuir a su caída. Pero Martín Torrijos, expresidente por el PRD entre 2004 y 2009 e hijo de Omar Torrijos, junto al expresidente de la República Dominicana Leonel Fernández y el expresidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, está a favor del diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición; en las antípodas del Grupo de Lima.
¿Continuará Cortizo la línea de Varela o la modificará en sintonía con Torrijos? Pronto sabremos la respuesta.