En el inicio del año y por los aumentos de suma fija y el cierre de paritarias, los salarios formales registraron en enero un alza del 7,1% frente a una inflación del 2,3%. De esta manera, los trabajadores tuvieron una mejora de 4,7 en su poder adquisitivo, la suba interanual más grande desde 1994.
El incremento salarial corresponde al índice RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables) que registra los salarios de unos 10 millones de trabajadores con aportes a la Seguridad Social. El dato se desprendió de la Secretaria de Seguridad Social.
Así, en enero el salario formal promedio bruto fue de $ 53.070, lo cual representó un alza del 50,1% frente a los $ 35.362 del mismo mes de 2019. En los últimos 12 meses, la inflación promedio fue del 52,9%. Por lo tanto, los salarios formales acumulan una pérdida del 1,8% respecto de un año atrás.
El salario neto o de bolsillo promedio de enero fue de $ 44.048, tras los descuentos del 17% para jubilación y Salud.