La industria del libro sufrió la apertura de importaciones durante el primer año de gobierno de Mauricio Macri ya que arrojó una caída del 25 por ciento de la producción con respecto al 2015. En números, representa casi 21 millones menos de ejemplares producidos.
La Cámara Argentina del Libro (CAL) difundió estos datos escalofriantes y su presidenta, Graciela Rosenberg, alarmó que "en lo que va del 2017 la tendencia es de una caída de entre 15% y 20%". En declaraciones a El Cronista, agregó: “Además de la caída de la producción, hubo menos compra por parte del Estado”.
También la crisis se observa en la reducción en el número de editoriales que publicaron títulos: en 2015 hubo 341 editoriales y en 2016 fueron sólo 280.
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De acuerdo a las cifras de la CAL, difundidas por el periodista Damián Fresolone, las importaciones pasaron de 40 millones de dólares en 2015 a 78,6 millones en 2016. Al tiempo que las exportaciones se mantuvieron estables.
Este dato se relaciona con la medida adoptada por los ministros de Cultura, Pablo Avelluto, y de Producción, Francisco Cabrera, cuando en enero del año pasado decidieron el levantamiento de las restricciones que impedían el ingreso al país de libros impresos en el exterior, a través de la Resolución 1/2016.
"El año pasado y este primer trimestre fue durísimo", sentenció Ignacio Iraola, director Editorial Cono Sur de Grupo Planeta, en diálogo con El Cronista. "Si se vende menos comida, el libro pasa a ser directamente algo de tercera o cuarta importancia", concluyó.