Por Cassandra Garrison y Raul Cortes
CIUDAD DE MÉXICO, 30 dic (Reuters) - La presidenta Claudia Sheinbaum eludió el martes preguntas de reporteros sobre las causas del mortal descarrilamiento de un tren de pasajeros el fin de semana en el sur de México, el último de una serie de accidentes que han presionado al Gobierno para mejorar la seguridad de proyectos emblemáticos.
El maquinista del tren, que sobrevivió al choque, fue interrogado, mientras que legisladores de la oposición pidieron un peritaje internacional sobre el siniestro, en el que murieron 13 personas y un centenar resultaron heridas.
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"Ya la fiscalía hizo entrevistas con el operador y varias personas, tendrán ellos que informar qué procede", declaró Sheinbaum en su conferencia de prensa diaria.
El accidente en el estado sureño Oaxaca se suma a dos descarrilamientos sufridos este año por el turístico Tren Maya, en la península de Yucatán, aunque en ambos casos sin víctimas.
Los militares mexicanos operan tanto el Tren Maya como el Tren Interoceánico, que se descarriló el domingo, lo que ha levantado interrogantes sobre su papel y sobre lo que la administración de Sheinbaum está haciendo para garantizar la seguridad en proyectos emblemáticos de infraestructura.
"El Gobierno debería estar muy preocupado por el historial de seguridad y hacer todo lo posible para determinar la causa del descarrilamiento", dijo Gustavo Flores-Macías, decano de la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Maryland.
Sobrevivientes del siniestro, ocurrido en el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, una estrecha franja de tierra que conecta el Océano Pacífico con el Golfo de México, dijeron a medios de comunicación locales que el accidente ocurrió cuando el tren tomaba una curva.
La línea ferroviaria forma parte de una ruta comercial y de pasajeros lanzada en 2023 por el predecesor y mentor de Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de convertirlo en una alternativa estratégica al Canal de Panamá.
Pero el proyecto ha enfrentado acusaciones de corrupción, débil supervisión y posibles conflictos de intereses. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) halló irregularidades en cuatro contratos de construcción del Tren Interoceánico, incluyendo sobrepagos por materiales, en un informe sobre las cuentas públicas de 2020.
Tras el accidente del fin de semana, medios de comunicación locales también han informado que empresas vinculadas a socios de los hijos de López Obrador podrían haberse beneficiado de contratos gubernamentales vinculados a grandes proyectos de infraestructura, incluido el Tren Interoceánico.
López Obrador ha negado las acusaciones, calificándolas de motivadas políticamente.
Legisladores de la oposición pidieron una investigación independiente. Alejandro Moreno, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), instó al Gobierno a suspender todos los proyectos vinculados a los hijos del exmandatario y sus socios comerciales.
El senador Mario Vázquez, del opositor Partido Acción Nacional (PAN), calificó el descarrilamiento de "negligencia criminal".
"La discusión en torno a este accidente podría desatar una conversación más amplia y dañina sobre otros proyectos de la administración anterior", dijo el consultor político Antonio Ocaranza, destacando el Tren Maya y la refinería Olmeca, ambos megaproyectos con presupuestos superiores a lo previsto.
Según Ocaranza, los fuertes índices de aprobación de Sheinbaum pueden limitar el impacto a corto plazo, pero problemas futuros podrían tener consecuencias políticas. "Si estos accidentes se vuelven más frecuentes y las causas se consideran poco fiables, habrá un mayor escrutinio público y un mayor coste para el gobierno", dijo.
Con información de Reuters
