Cientos de hombres y mujeres sentados en filas en un salón de madera escuchaban al líder del grupo rebelde congoleño M23 al final de un programa de reeducación de dos semanas.
El jefe rebelde, Sultani Makenga, preguntó a los alumnos: "¿Comprenden que solo la fuerza puede liberar a su país del mal Gobierno de Kinsasa?".
"Sí, comandante", gritaron como respuesta, según muestra un vídeo del acto.
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Pero no se pondrán el traje de faena. Estos nuevos "ejecutivos" rebeldes constituyen la primera línea civil de una campaña de los rebeldes del M23 para afianzar una administración paralela en las extensiones del este de República Democrática del Congo (RDC) que tomaron en un avance relámpago en enero.
El curso tuvo lugar en septiembre cerca de la ciudad de Rutshuru, en la provincia congoleña de Kivu Norte. Allí, los asistentes civiles aprendieron los fundamentos del manejo de armas y realizaron algunos ejercicios militares. Sin embargo, según cuatro alumnos y un documento del M23 en el que se esboza la doctrina del grupo, la atención se centró más en la turbulenta historia de la región del Congo y en cómo construir un nuevo Estado federal anclado en la buena gobernanza, basado en los valores declarados del M23 de compromiso, determinación, sacrificio y disciplina.
Este documento fundamental del M23, de 32 páginas, que constituye la base del curso de formación de civiles, ha circulado en el seno del grupo rebelde, pero no se ha informado previamente de ella.
"Han venido aquí a recibir formación para comprender por qué estamos liderando esta lucha y qué tenemos que hacer para liberar el país", dijo Makenga, comandante del M23, a los estudiantes, en un vídeo del M23 sobre el acto del 2 de septiembre. "Creemos que lo han asumido".
El conflicto en el este de República Democrática del Congo es una de las ocho guerras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dice haber terminado en menos de un año. En una ceremonia de firma organizada por Trump en Washington el 4 de diciembre, RDC y Ruanda, acusada desde hace tiempo de respaldar a los rebeldes, reafirmaron su compromiso con la paz. Responsables estadounidenses afirman que las empresas occidentales podrían invertir miles de millones de dólares para extraer los minerales críticos de RDC una vez que se asegure la paz.
Sin embargo, el conflicto no está resuelto. El M23 no forma parte del pacto que firmaron RDC y Ruanda. El viernes, un día después de la reunión, continuaron los intensos combates sobre el terreno en el este de RDC.
Y mientras el M23 participa en conversaciones de paz paralelas dirigidas por Qatar en Doha, el grupo está reforzando su control del poder, minando la perspectiva de un verdadero final de los combates. Al amparo de las negociaciones, el M23 está construyendo de hecho un gobierno independiente y autosuficiente en la parte oriental de RDC, que tiene muchas características de un Estado en ciernes, según ha descubierto Reuters.
El grupo cuenta con una fuerza militar que aproximadamente se ha triplicado en tamaño este último año, y ha desplegado miles de nuevos combatientes para afianzar su control sobre el territorio del que se ha apoderado. El grupo ha establecido una nueva estructura de liderazgo civil con cientos de dirigentes leales, entre ellos nuevos gobernadores provinciales y alcaldes.
Como intento de operar con independencia de Kinsasa, el M23 está tratando de crear sus propias instituciones financieras, como ya informó Reuters. Ha estado arreglando carreteras, ha establecido impuestos a las minas ricas en coltán y está expidiendo visados de viaje a los visitantes del territorio que dirige.
El M23 declinó múltiples peticiones de Reuters para comentar sus esfuerzos de construcción del Estado y su postura sobre los esfuerzos de paz de Trump.
Esta realidad sobre el terreno muestra que República Democrática del Congo podría enfrentarse ahora a una fractura duradera, una receta para la lucha sostenida en un país que ha visto décadas de guerra y abusos contra los derechos humanos. Los residentes que viven bajo el dominio del M23 afirman que los rebeldes han restablecido cierto orden tras años de caos, pero que hay que respetar sus estrictas normas.
Con información de Reuters
