La 10ma. edición del Festival Audiovisual Bariloche, que comenzó formalmente ayer y se extenderá hasta el 25 de septiembre, dispone este año una variada selección de secciones que amplían los límites de las tradicionales competencias de cine, para incorporar una extensa gama de disciplinas artísticas centradas en su carácter audiovisual, además de narrativo.
El encuentro, organizado por la Secretaría de Cultura de Río Negro con el acompañamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), se caracteriza también por reunir a las artes audiovisuales principalmente de la Patagonia argentina y chilena.
Las funciones y actividades son gratuitas, con entradas disponibles para ser retiradas media hora antes de cada función. Además, se programaron funciones en Dina Huapi y El Bolsón, y las producciones en competencia se pueden ver a través de la plataforma cineindependiente.ar.
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Se proyectarán 91 producciones distribuidas en las diez secciones en competencia, con 20 películas y dos festivales invitados.
Los espacios de proyección son la Usina Cultural del Cívico de la Biblioteca Sarmiento, el Shopping Cine Sunstar (Onelli 447) y el Teatro La Baita (Moreno 39) en Bariloche. También en Dina Huapi en SUM (Los Notros 555) y en El Bolsón en la Casa del Bicentenario (General Roca 644).
Los 40 años de Malvinas estarán presentes con largometrajes y cortos en Foco Malvinas, cine para la soberanía hasta el jueves 22 en la Biblioteca Sarmiento, y también habrá un eje en el cine científico con Foco Conicet, y un apartado para cortos de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la UBA el sábado.
A las competencias se suman cinco películas invitadas: "Domadoras de dragones", de Damian Leibovich; "Patagonia sincera", de Grego Campi; "La Ballester Molina", de Pablo Almirón; "Bajo superficie", de Miguel Rossi; "El camino eterno", de Hernán Moyano; y el corto "Quién soy", de Cristián Jure.
Las diez secciones en competencia contemplan los rubros Nacional de Largometraje Ficción, Nacional de Largometraje Documental, Nacional de Cortometraje y Binacional de Largometrajes de Argentina y Chile, donde participan las provincias más australes de Argentina y las seis regiones del sur de Chile.
También está la Sección Oficial Competencia Binacional de Cortometrajes de Argentina Chile, en las que participan las provincias más australes de Argentina y las cinco regiones del sur de Chile, la Competencia Nacional de Video Danza, la Competencia Proyecto En Construcción Patagónico, una para realizadores sub 21 de escuelas de cine y artes audiovisuales y rubros para videoclips y video arte instalación patagónicos.
"Lo que fue importante en el perfil de la propuesta cuando el festival estaba empezando era darle relevancia a la producción regional, eso era lo primordial. Que fuera una ventana para mostrar lo que hacían y generar el encuentro de los realizadores de la región", contó en diálogo con Télam el programador del evento, Diego Carriqueo.
El festival "es un eslabón de toda esta cadena de lo que se produjo en la región los últimos diez años, como la carrera en El Bolsón de Diseño audiovisual que empezó en 2009, en General Roca otra de cine y la Enerc, que se instaló en San Martín de Los Andes", agregó.
"Desde 2014 también traccionamos en conjunto con la Patagonia chilena, que es un factor interesante a destacar. Hoy formamos parte de una red de festivales con Chile y se generó un vínculo que ahora se está disfrutando, nutriéndonos de obras e ideas; es un encuentro fructífero de estos diez años, para romper con la frontera que nos separa", mencionó el programador.
Carriqueo contó que lo que caracteriza al festival es "la cantidad de secciones, que es bastante ecléctica y amplia" a partir de que "casi todos los festivales son diferentes, muchos son temáticos, como el de Puerto Madryn, que es de cine ambiental, y el de Ushuaia, que es de cine de montaña".
"La mayoría de los festivales son independientes; este se genera desde el Estado, que lo hace particular porque no todas las provincias deciden bancar un festival. Lleva su tiempo pero hoy ya está y para el sector audiovisual de Río Negro, a comparación de otras provincias, está bastante bien", destacó.
El programador resaltó la importancia de la sección de realizadores Sub 21 en función de "empezar a estimular y sacarle miedo de participar en un festival a pibes jóvenes" para "generar la reserva del equipo y que empiecen a valorar al festival desde ese lugar".
En cuanto a los rubros de video danza y video arte instalación, comentó que desde la tercera edición del festival se empezó con videoclips y una muestra de videodanza, y al cuarto ya se la colocó en competencia.
"Al día de hoy, cuesta un poco esa sección, pero de eso se trata: con el festival podemos ir generando el espacio. Entendemos que, de acá a cinco años, la video danza va a ir mejorando y está bueno tener esa competencia", consideró.
Otro punto relevante de la iniciativa, evaluó, es que "la producción que haya en pantalla va a estar realizada por patagónicos y tiene una impronta patagónica, que tiene que ver con la forma de hablar, los paisajes, las locaciones, eso se nota".
"Una puesta de cámara en la Patagonia genera una ventana: no queríamos que nos traigan películas de afuera para ver, teníamos que generar algo para que vea la gente que venía a Bariloche viera algo que nos represente más", explicó.
En cuanto a las instalaciones, "son en otros espacios destinadas para muestras" a partir de que "desde el inicio se pensó en trascender lo que es el cine y el video".
"De hecho, estamos con la idea de meter videojuegos, que tienen que ver con el mundo audiovisual. Video arte instalación tiene que ver con que en El Bolsón hay una carrera de Diseño artístico visual y tiene otro vuelo, con otras artes que convergen y entendíamos que el festival apuntaba a ese público joven sobre todo", concluyó Carriqueo.
Con información de Télam