El triunfo de la Selección Argentina en Qatar frente a Australia se vivió como una fiesta. Después de haber pasado una muy complicada zona de grupos y del golpazo que significó el primer partido ante Arabia Saudita, los días previos al partido con los "socceros" dejaron una buena sensación y, finalmente, después de la victoria algo más pasó. La alegría apareció y la gente festejó.
La gente en la calle tiene ilusión, la gente se anima a pensar en -como dice la canción- que "puede ser campeón mundial", en la calle hay un "renacer" del amor de los hinchas por la Selección después del fracaso de 2018. Después de haberlo pasado mal, la Copa América le dio un envión a los hinchas que renuevan la pasión por el seleccionado argentino. En el subte, en el Obelisco y en cualquier otra calle, los colores aparecen por doquier. Banderas argentinas flameando, papelitos y serpentinas. También algunas banderas, pero sobre todo, muchas -muchas de verdad- banderas de la Selección.
En el medio de los festejos, los artistas también tuvieron tiempo de mostrar su obra. En la calle, con la calidad que puede tener Messi para jugar al fútbol, un hombe se tiró al piso con unas tizas y dejó retratado una figura de Lionel Messi. Una alegría más, un retrato más para el mejor jugador del fútbol mundial. A más de 10 mil kilómetros de distancia, ese amor, esa locura por la Selección llega y se nota. Se siente.
La gente no solo se agolpó con amigos sino también en la pizzerías. En plena calle Corrientes, en una de las pizzerías más importantes del país, dos hinchas de la Selección -pero de River, principalmente- sostuvieron: "Estamos contentos, los pibes de River dan la sensación de que no sinten la presión. Es como la mentalidad que le puso 'el Muñeco' se mantiene. no les pesa".
Un poco más alejados, muy ceca de la Plaza de la República, otros hinchas también se descontrolaban. Con los colores celestes y blancos en los cachetes, con banderas, con camisetas y en medio de decenas de miles de personas, otros dos hinchas de la Selección vivieron la fiesta popular que se armó -como siempre ocurre- a los pies del Obelisco. Javier y Alejandro son de River y del Rojo. "Jugaron muy bien. Me encantó, se empezaron a dormir en el segundo tiempo. El Dibu se convirtió un héroe". Sin embargo, también sostuvieron: "Ahora Países Bajos va a ser difícil, pero le tengo fe. Le tenemos fe".
Esa misma fe que sienten esos dos hinchas es la que se repite en cada una de las esquinas de la Ciudad de Buenos Aires. No por nada, la canción que más resuena y que más se escucha tiene como estribillo: "Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar".